Apoyando la espalda en la silla, las manos detrás de mi cabeza, mirando el cielo nublado y sin inspiración, vuelvo a escribir. Ya casi está saliendo el sol de esta tarde nublada, y a las 16:45 tengo que salir de casa. Pero yo no quiero irme sin que me sonrías antes... pero si me quedo esperando, voy a llegar tarde al encuentro. No sé si dejaría de ir al encuentro, sabiendo que me tocaste el timbre para que yo vea tu sonrisa. Es que no sé si creería en vos.
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