viernes, octubre 21

(y que en el futuro nada cambie)

Siento un golpe en el pecho cada vez que quiero hablar de vos, cada vez que quiero tenerte encima mío. Siento a mi corazón latiendo muy fuerte cuando te estoy esperando. Desde que me levanto, hasta que me acuesto: todo es una rutina hermosa, y solo es así porque tiene que ver con vos. Y ahora solo estoy tratando de pedirte favores. Sólo espero que la espera sea corta, y sólo te pido que sea un para siempre; y no un tiempo indeterminado.

lunes, octubre 17

robotes

Perdoname si todo vuelve a mi cabeza, pero el tren está pasando. Es inevitable no sentirme vacía en estos momentos. ¿Te acordás cuando todo era al revés? Me esperabas, me veías, y te ibas. Ahora las calles que caminamos reflejan el invierno de nuevo.

sábado, octubre 8

Es este puto líquido color marrón. Hay gente que está viviendo ahora, sonriendo, bailando, comiendo, hablando, o hasta acabando. A mí me está acompañando un flan. Supongo que al despertarme solo sentí esos sueños corriendo a diez mil kilómetros por hora, y mi inconsciente no dejaba de ladrar. Todo retumbaba, y de repente se hicieron las siete. Y ahí es cuando pensé en si tenías los ojos abiertos, si estabas cerca de irte lejos, o el por qué de mi dolor en el pecho. Quizás vos lo estabas sintiendo también.
De nuevo, se hicieron las once de la mañana. El sonido volvió a rebotar en las paredes blancas y volvió a mí. En ese entonces, ya te estabas yendo para volver. Tenías los ojos abiertos y ganas de abrazarme. El ruido de el horno sonó, las tostadas ya estaban preparadas, pero vos ya te habías subido, y yo no tenía nada más que prometerte, más que la promesa que queda en pie.