Laura fue todo el recorrido pensando en aquel chico que le comía la cabeza. Le gustaba todo de él, hasta su falsa sonrisa, y sus ojos verdes que la miraban muy fijamente hasta dejarla dada vuelta. Éra la primera vez en la que Laura no pensaba sólo en la entrepierna.
Laura no creía en el amor, pero ésta vez no dejó pasar ésta oportunidad.
Laura fué, ilusionada, en busca de mil respuestas, a ver al estúpido chico de ojos verdes.
El estúpido chico de ojos verdes nunca llegó.
Laura se fué, desilucionada, en busca de mil razones y sintiendo como se desmoronaba por dentro.
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