¿Hay alguna excusa que se pueda expresar en palabras hoy?
¿Hay algo que cambie la calidez de la humedad y la transforme en un viento árido?
¿Hay algo que pueda poner play a los sentimientos pausados?
Los pies conducen hasta la plaza, y la cabeza piensa en otros besos. Imagina con encontrar a otro poeta. Mientras esto sucede, la cabeza también piensa en el guitarrista extramundano que explota de amor y en el pintor de múltiples mundos posibles perseguidor perseverante del esfuerzo por sacar el afecto de guaridas subterráneas.
A ninguno amás ya.
El cuerpo suda, pero no por estar practicando el salvajismo. Sino que por los poros se filtra la angustia en agua. La incertidumbre se vuelve física apenas los pies pisan la calle. Ya no hay risas, mates, rondas ni juegos.
La cabeza vuelve a dar vueltas en la misma calecita y sigue sin poder agarrar la sortija que tiene acceso a el mundo de la conformidad emocional.
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