sábado, junio 22

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El ser implícito es un ser hijo de puta; casi tan hijo de puta como el individuo egoísta, tanto que merece la muerte. Yo deseo su muerte, muerte al ser implícito y que a cambio nazca la explicitud, porque sin ella no puedo amar. Mejor dicho, no puedo amarte.

Hace ya tantos años que perdiste la estrategia tan bella que tenías de hacerme ver el mundo, que cuando se asoma siento que vuelvo al lugar donde nací, me siento en casa. Me sentiría más en casa si mostraras algo más de vos, no solamente palabras que valen un millón de dólares, porque no somos así. Mostrame montañas de arena, animales largos, cortos y peludos que se mueven en la noche, decime qué es lo que pica y lo que lastima. Mostrame lo que me tengas que mostrar porque estoy un poco perdida; haceme ver que todavía soy chica, que los ratos de playa van a seguir estando, que vos vas a seguir estando.
Reíte un poco más de mis payasadas, abrazame un poco más, agarrame fuerte y revoleame como si pesara diez kilos menos. Dejame ser libre en el mar y divertite mirando como jugamos en las olas, divertite con tan solo mirarnos. Contame tus historias, una y otra vez, sentite contento de que yo me siento sorprendida de cuanto recorriste, de cuanto sabés. Quedémonos un tiempo más viendo como se pone el sol y cuando ya haga frío partimos. Levantanos a la mañana y hacé un berrinche. Durmamos un poco más y date cuenta cuando me levanto de tu pecho.
Inventá una máquina que vuelva al pasado.

viernes, junio 14

Pero es mejor ser muerto que un número que viene y va..

Descargar el alma del miedo a no ser nadie, pero es mucho mejor no tener miedo, porque el miedo paraliza, el miedo no sabe hacer más nada que dar miedo.
Hubiese deseado ser chica y tener ambiciones, pero parece que el tiempo pasó tan rápido que no me dio tiempo a pensar lo que quería.
Y es terrible el no haber pedido nacer, porque si hubiesen preguntado quizás la mayoría no estaría viviendo.
El mundo globaliza y la globalización se mete en las venas, como una droga; se inyecta sola y ahí están las nenas queriendo medir un metro ochenta y pesando cuarenta y tres kilos. Qué sería de vos nena, si en ves de leer revistas Vogue serías tu propio ser.
Qué sería de vos nena, si harías lo que quisieras. Qué sería de mí.

martes, junio 4

Prefiero llorar todo lo que tenga que llorar antes de tener un cuchillo clavado en el pecho. Este forrito me está retorciendo el corazón y casi sacándomelo, y yo no puedo quitármelo de encima. Me encantaría que ya sean las diez de la mañana, pero pensándolo bien nada solucionaría.
Al fin y al cabo, cuando uno está cargado de emociones lo peor que puede hacer es irse a dormir, es fulminante. Mata. La peor parte de la soledad es cuando se viene la noche. Si pudiera alargaría el día un par de horas más y cerraría la persiana para dormir o llorar un poco, y después dormir.
Qué difíciles son las decisiones. Y más cuando uno tiene un pie en cada lado. La sensación es rara, y sobre todo cuando uno espera a que las cosas vengan y no va a buscarlas. Ya de grandecita me estoy dando cuenta de que uno no puede esperar que vengan las cosas, sino que tiene que agarrarlas con la mano.
Buscar excusas, cada vez lo encuentro más difícil. Me encantaría tener un guión para pararme en frente y actuar, pero estoy solita. Estoy sola porque sé que muy pronto yo soy la que va a agarrar el cierre, y no sé si me gustaría que fuera de otro modo.
Con el amor no todo se puede, no se puede vivir del amor. 
Con el amor los problemas surgen, y los problemas mueren con el amor, porque siempre es lo mismo. Un círculo vicioso o una trampa mortal.