Lo que la mayoría le tendría que tener miedo no es a la muerte en sí, sino a no concretar nada hasta que llegue. Da lástima, tristeza, angustia, sentir el tirón pero nunca tironear. Creo que más de uno se planteó que es lo que quiere antes de que llegue la hora (aunque nunca la sabemos). Pero es más triste no haber concretado que haber esperado.
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