martes, mayo 3

Me gusta salar las heridas,
Porque es ahí donde te encuentro.

En un agujero negro
O en la estación de el subte.

En una foto
O en una lágrima.

En las cuerdas de una guitarra
O en el perfume de un extraño.

Me gusta encontrarte siempre en los lugares más recónditos. Allí donde el sentimiento asfixiante de tener un nudo en la garganta se entremezcla con el amor.

Me gusta tener delirios de vos, porque al escuchar una canción, me embriago hasta no querer sentir más dolor.

Me embadurno
hasta llegar a la cima, porque es ahí donde mis pulmones ya se sienten libres para poder respirar, y mis labios se alistan para besar una y otra vez a una boca deseosa de comerme, la cual quiero apropiarme, solo de a momentos, cuando el placer de la independencia no me aconseja al oído verdades que a esta altura mi Yo parece dilucidar.

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