Yo no puedo ni poner piedras, ni saltar fieras en el camino porque no puedo olvidarte.
No quiero esperar a que el tiempo pase; (según la gente el tiempo lo cura todo).
No quiero curarte, porque no quiero que seas herida.
No te quiero dar la espalda, ni tampoco puedo.
Y si ella algún día te espera en bolas en tu cama, que así sea. Pero yo no voy a mostrar la espalda.
El tiempo no pasa para mí, ni para nosotros. Somos los mismos de siempre.
Prefiero quemarme viva en los recuerdos en vez de volver a besarte, pero no prefiero que la vida nunca me haya llevado hasta vos. ¡Qué lindo es el amor puro! Y al fin lo descubrí, al fin te descubrí, aunque la suerte no me haya descubierto a mi.
Yo no cerré la puerta, pero yo ya no te espero.
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