Aunque los momentos no sean pura felicidad, aunque un tercio de un día sean enojos, puchero, llanto, grito, patada y puteada, y aunque esto no sea así todos los días, no puedo estar más agradecida de tenerte, porque como ya te dije: si no te tuviera, no sé que sería de mí. Y aunque no te lo diga en estas palabras, porque me las quiera guardar, sos un gran maestro, aunque también muy gruñón, de esos que se enojan si uno llega tarde a clase.
Sos un excelente amigo, amante y persona.
Estoy infinitamente agradecida de compartir mi vida con vos, de compartir todo lo que soy con vos y que vos hagas lo mismo conmigo, y estoy muy ansiosa por seguir creciendo con vos (quiero ver como sale!).
jueves, marzo 28
miércoles, marzo 20
Por eso hay tantos faloperos, tantos muertos.
Sentir a alguien lejos incluso cuando está cerca se demostró hace décadas que es totalmente posible. Y no hablo de tecnología. ¿Hasta cuando puede alguien aguantar tanto? Y no me refiero simplemente a una sensación inaguantable sino a algo placentero. ¿Cuánto dura el placer, o cuánto dura el dolor?
Nadie pide venir al mundo, y nadie pide donde nacer. Por eso, la paciencia es relativa, y así, lo es el dolor y el placer. Como humanos, el placer es el efecto de una droga: viene, jode, y se va. El dolor viene, jode, y se queda, hasta que la paciencia elige cuando tomarse un descanso y se vuelve a drogar.
Nadie viene preparado al mundo con un sistema inmunológico contra el dolor, desgraciadamente.
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